
Durante estos nueve meses la piel de la mujer se dilatará en exceso, por lo que hay que mantenerla todo lo elástica que se pueda, y por ello aprovecharemos el masaje para aplicar la hidratación y nutrición que la piel de la futura mamá necesita. En cuanto al abdomen se refiere resultaría recomendable aplicar una crema hidratante por la mañana y otra antiestrías por la noche, siempre en el sentido de las agujas del reloj. En la ducha debemos usar un gel dermatológico suave pues los cambios físicos de este período provocan deshidratación, el agua de la misma no deberá ser muy caliente siendo aconsejable finalizar con un chorro de agua fría para evitar la flacidez y estimular la circulación sanguínea. Además del abdomen y las piernas hay otras zonas del cuerpo a las que la mujer embarazada debe prestar especial atención, como la columna vertebral y los pechos. Estos últimos deben encontrarse bien sujetos para que el aumento de pecho no haga que éstos “caigan”, pero hay que tener cuidado con el tipo de sujetador que se utiliza, no se recomiendan los de aros puesto que estos pueden comprimir el pecho y dificultar la circulación sanguínea. Debemos aplicar una crema antiestrías a diario para evitar la aparición de éstas debido a la transformación de nuestros pechos tanto antes como después del parto. También se recomienda la aplicación de duchas tibias (no frías) en sentido circular. Después del parto y una vez finalizada la lactancia sí que recomendamos las duchas alternas de agua fría y caliente, éstas favorecen la tonificación.
de El ComercioNewspaper
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