La Naturaleza siempre toma su tiempo.
Los enormes robles no crecen de la noche a la mañana.
Además pierden muchas hojas, ramas y corteza
antes de erigirse en gigantes.
Los diamantes no se forman en una semana.
Todo lo de valor, belleza y majestad,
demora en llegar a serlo.
Existen leyes y principios universales que afectan nuestras vidas a cada
momento. De igual manera admitimos que hay leyes que gobiernan la
órbita de los planetas, el ciclo de las mareas y el cambio de las
estaciones. Hay principios invisibles que contribuyen a modelar
nuestras vidas. Es sorprendente que muchas personas crean que todo
en el universo es gobernado por leyes, salvo sus propias vidas y su
propio éxito o fracaso. Eres parte del universo y existen leyes que
gobiernan tu vida. Tú eres una de las causas de lo que ocurre en tu vida.
Tus propios pensamientos te hacen ser causa. Existe un orden en este
complejo planeta, y el hecho de tener algún conocimiento de las leyes
que en él operan hará que nuestra estancia sea menos complicada y
más feliz.
El mundo material está hecho de energía, nada es sólido. El mundo
material sólido que crees conocer es sólo una masa de energía vibrando
a diversas velocidades. Cuando tu cerebro piensa, produce energía,
vibraciones. A cada acción corresponde una reacción opuesta de igual
magnitud; cada vez que generas un pensamiento, con su muy particular
vibración, produces una reacción o consecuencia. Los pensamientos
son fuerzas, estamos manejando energía.
En la vida tenemos la opción de oír el consejo de los ganadores o
prestar oídos a los perdedores; la filosofía y modo de pensar de los
ganadores es elemento esencial de su éxito.
Somos parte del Universo y nos gobiernan leyes, como a todo el
Cosmos. Necesitamos mantener un equilibrio, como lo mantiene el
resto de la Naturaleza. Toma tiempo crecer y toma tiempo sanar. La vida
siempre se mueve en ciclos, pues tal es la ley universal. Necesitamos
tiempo para descansar y recuperarnos, al igual que el resto de los seres
vivientes.
Toma tiempo nuestro propio crecimiento y desarrollo así como obtener
seguridad en uno mismo, desarrollar un cuerpo saludable o adquirir un
buen aspecto. En el mundo real, ocurren muy pocos éxitos de la noche
a la mañana.
Nuestra vida se desarrolla en ciclos. Siempre habrá tiempos fáciles y
tiempos difíciles, con la misma inexorabilidad con que una estación
sigue a la otra. Uno de los grandes retos de la vida es enfrentar el
invierno, mientras esperas que mejoren las cosas. Las cosas habrán de
mejorar. Siempre es así. El problema es que mucha gente se rinde y
regresa a casa demasiado pronto. La marea siempre baja.
La Naturaleza descansa de vez en cuando. Aprendamos de estas cosas.
Necesitamos descansar, repasar, ponderar, ser. La creencia de que no
puedes jamás descansar será tu realidad hasta el momento en que
decidas otra cosa. Cuando hacemos del descanso parte de nuestro
estilo de vida, nos sucede como a la tierra, que cuando se trabaja de
nuevo produce mucho más.
Queremos tanto a los bebés porque son libres y vulnerables a la vez. Al
extender los brazos y mirarnos a los ojos, nos dicen que los queramos,
que no pueden sobrevivir solos. A medida que crecemos, muchos
llegamos a pensar que debemos fingir autosuficiencia. Aparentamos.
Tal vez pensamos que estamos bien, que no tenemos problemas, que
somos duros como la roca, que podemos manejar las cosas, aunque
por dentro sintamos temor, soledad y el anhelo de que alguien nos
escuche.
Existe una consigna por ahí que señala que niegues que eres vulnerable
o que te sientes solo ya que lucirás débil. Y agrega que niegues cómo te
sientes en realidad ya que abusarán de ti. Muchas veces esa consigna
opera al revés. Si somos abiertos y sinceros, la gente lo nota y nos
aprecia por ello. Los problemas surgen al fingir que estamos bien.
Irónicamente quienes ansiamos con mayor desesperación el amor,
somos quienes más aparentamos no necesitarlo. Cuando en el interior
de nosotros mismos nos sentimos débiles y solitarios, nos esmeramos
por demostrarle al mundo que todo marcha bien.
El amor no es una euforia interminable. El amor es fuerza y
compromiso. Amar a alguien puede significar decirle lo que no quisiera
escuchar. El amor es valor, y se necesita más valor para decir «Tengo
miedo» o «Te quiero», que para cubrir con una manta a alguien que
duerme.
El amor es respeto a nosotros mismos y a los demás. Es querer a las
personas a pesar de su carácter. Si le dices a alguien que la vas a
querer cuando haya hecho tal cosa, eso no es amor; es manipulación.
Amor es buscar al lado positivo de la gente; si logramos hacerlo todo el
tiempo, nuestra dicha está asegurada. Debido a que nuestra vida es un
reflejo de nosotros mismos, mientras más amor y belleza captamos,
más nos desarrollamos y logramos cosas. Por eso, para los seres
humanos, el amor lo es todo.
Podemos aprender bastante de los niños. Parecería que muchos padres
conciben el proceso de aprendizaje como una calle de un solo sentido.
Pienso que les convendría dedicar más tiempo a aprender de sus niños,
y menos a enseñarles. Los niños saben pasarla bien, mucho más que la
mayoría de los adultos. Los niños saben reír. No necesitan gran cosa
para reírse. A veces no necesitan nada. Ellos ríen porque les agrada la
sensación. Los niños son deliciosamente espontáneos. No analizan ni
elucubran cosas. Simplemente se mantienen ocupados siendo ellos.
Los niños siempre viven fascinados. Son curiosos. Todo es una
experiencia nueva emocionante. Los adultos nos desconectamos y ya
no entendemos de rocas, insectos o charcos. Aún podríamos aprender
mucho de estas cosas, pero el problema es que, al llegar a la edad
adulta, olvidamos cuán mágico es este planeta.
Los niños aceptan abiertamente. No tienen prejuicios. Les gustas rico o
pobre, blanco o negro. Los niños no se escandalizan por ideas políticas
o religiosas. A los niños no les preocupa demasiado bañarse o no
bañarse. Te aceptan a ti. Aceptan las circunstancias hasta el día en que
aprenden a no hacerlo. Los niños no se quejan del clima; saben por
intuición que tienen que adaptarse al curso de las cosas.
Los niños tienen una gran capacidad de recuperación psicológica y una
enorme determinación. Si quieren algo, no se dan por vencidos. Los
niños perseveran. La imaginación de los niños es enorme. Les permite
aprender, retener y desarrollarse a toda prisa. Dedica buena parte del
tiempo a convivir con los niños. Aprende más sobre tu propia
espontaneidad, curiosidad, aceptación, capacidad de recuperación
psicológica, fe, determinación e imaginación. ¡Ellos están para
enseñarnos!
Mantenerse activo se relaciona con la ley de «usarlo o perderlo». La
naturaleza nos ilustra claramente sobre lo que sucede cuando alguien
se estanca. Si alguien te dice que tiene noventa y cuatro años y ha
trabajado toda su vida, debes saber que por eso llegó a esa edad,
porque se mantuvo en actividad. Una ganancia adicional que nos brinda
el hecho de mantenernos activos es que nos permite alejarnos de las
preocupaciones. En la actividad hay alegría y plenitud. Mantenernos
activos constantemente nos mueve a tomar la iniciativa y participar.
Lo que no usamos, se deteriora, se pierde. Lo mismo ocurre con las
destrezas que hayas adquirido. Si dejas de usar tu imaginación creativa,
se evapora. Hemos sido creados para mantenernos involucrados en
todas las nuestras actividades. No dejes de practicar el arte de vivir.
Cuando luchas por ser mejor, te conviertes en una persona más
valerosa. Desarrollamos fuerza poniéndonos a prueba constantemente.
Las cosas no deben dejar de importarnos; existe el peligro de que
nuestra conciencia se desconecte. Las prisiones y los manicomios
están llenos de individuos a quienes todo dejó de importarles; personas
que se las han arreglado para desconectar sus sentimientos hasta que
no les queda nada. Las cosas sí tienen importancia.
Necesitamos utilizar nuestra mente para mantenernos en forma. No hay
razón por la que debiéramos ser cada vez menos capaces al paso de los
años. Si seguimos usando nuestra capacidad mental al máximo, nuestra
mente seguirá funcionando. El mismo principio se aplica al dinero; el
dinero es para gastarse. Necesita circular.
En todo momento la Creación nos exige que nos involucremos en todas
la esferas de nuestra vida. ¡La ley de usar o perder es maravillosa! Nos
brinda el incentivo de la práctica, y al practicar nos superamos. Se usa o
se pierde. Si no le sacamos partido a lo que tenemos, lo perderemos.
En la búsqueda y solución de problemas, la mayor parte de las
personas advierten que sus mayores éxitos ocurren cuando se hayan
ocupadas en actividades que les hacen relajarse naturalmente. Por ellos
las grandes ideas brotan en sitios donde estamos relajados. Logramos
los mejores resultados en la vida cuando aprendemos a integrarnos al
ritmo natural de las cosas. Esto significa encontrar ese equilibrio frágil y
elusivo entre esfuerzo y relajamiento, entre apego y desapego. ¡No es
fácil lograrlo!
Dejemos que la Naturaleza nos oriente. Los animales saben muchas
cosas que nosotros sólo entendemos a medias. Incluso la tierra tiene
que descansar de cuando en cuando. Todo necesita descanso. Todas
las cosas requieren de tiempo a fin de regenerarse, como la ola y la
resaca.
La felicidad y la libre manifestación se afirman si nos desprendemos de
los resultados finales; si nos esforzamos por llegar a la meta sin
dejarnos aprisionar por ella. Nos encanta la gente que no se preocupa
por impresionar a los demás. Se desprenden de todo afán de ser
amados, y por eso mismo automáticamente reciben afecto.
La gente de dinero empieza a ganarlo cuando dejan de esforzarse por
ello; descubren algo que les encanta hacer y la riqueza fluye
automáticamente. Tienen dinero porque no se apegan a él. El hombre
sigue trabajando porque disfruta al enfrentar el reto que ello implica
más que el dinero mismo. Por eso es rico.
Tenemos que privarnos de algo a fin de poder obtenerlo. Una vez que
podemos desapegarnos, nos encontramos en una posición que nos
permite tener mayores posibilidades de éxito. La única manera de lograr
un trato exitoso es «dejarlo ir», es decir, desapegarse emocionalmente.
Una vez que el trabajo ha sido realizado, los resultados llegan a su
momento. Necesitas relajarte. Adaptarte al curso de las cosas. Tomar
las cosas con calma y sabiduría es tan importante como la actividad
misma.
La Creación es cambio. Nada permanece igual. Aunque esto es obvio,
en ocasiones parece olvidársenos, y por ello padecemos muchos
sufrimientos y desilusiones innecesarias. Las cosas cambian. La vida
es dinámica. Eso es lo que la hace tan bella e impredecible. Los
cambios nos mueven a la acción.
Debido a que las cosas cambian constantemente, necesitamos una
saludable actitud que nos permita desprendernos de lo viejo y acoger lo
nuevo. Siempre una cosa sustituye a otra. Al deshacernos de lo viejo e
inútil, creamos un vacío y atraemos hacia nosotros cosas nuevas y
emocionantes. Cuando nos aferramos a lo viejo y anticuado, nos
bloqueamos, nos estancamos.
Debemos estar preparados para permitir que las cosas nos abandonen.
Si has amado a otros y nunca dejas que se vayan de tu mente, nadie
vendrá a sustituirlos. Al momento en que verdaderamente renuncias a
estas personas, dejas que desaparezcan y consideras nuevas
posibilidades. Para crear un curso de vida saludable, despréndete de
todo lo que no quieres, no usas y no necesitas. Además de sentirte
liberado, advertirás que, como un imán, atraes nuevas cosas hacia ti.
A ciertas personas les resulta difícil creer que el hecho de formar en la
mente imágenes de buena salud, pueda influir directamente en el
proceso curativo del cuerpo. También existen personas a quienes les
resulta difícil creer que los ensayos mentales mejoran dramáticamente
el desempeño. Mientras tratan de entenderlo, otros lo aprovechan y
obtienen resultados positivos. Si llegas a la conclusión de que tendrás
que entenderlo todo antes de servirte de algo, vas a esperar un buen
rato. Nuestra mente es un milagro. Su capacidad de penetrar en todo lo
que nos rodea y producir resultados rebasa por completo nuestro
entendimiento. He aprendido que si aceptamos y usamos lo que
tenemos, podemos beneficiarnos enormemente. Que otros traten de
entenderlo. Nuestra meta es i r en pos de resultados.
La vida en sí misma no tiene valor. El solo hecho de que estemos aquí
no quiere decir que nuestras vidas valgan algo. Nosotros decidimos si
nuestra estancia en este planeta es privilegio y alegría, o una sentencia
de infelicidad y desesperación. La vida no es aburrida. Sólo hay gente
aburrida que mira al mundo a través de cristales empañados y sucios.
Muchas personas mueren a los veinticinco y son enterrados a los
setenta. Para mí es un misterio que algunas personas vean magia y
belleza por doquier, mientras que otras permanezcan inconmovibles.
Independientemente de cuánta belleza y magia hayas disfrutado hasta
este momento, puedes disfrutar aún más a partir de hoy. ¡Tú decides!
Andrew Matthews
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